No tenía palabras, estaba nervioso, sabía que debía responderle con la verdad, pero tenía miedo de arruinar la amistad, del rechazo, que si le decía ya no sería lo mismo, entonces pensaba, su ojos miraban al vacío mientras ella le preguntaba reiteramente que era eso que tenía que decirle, fue entonces cuando decidió responder:
Ella: Entonces, ¿Qué tienes que decirme?
El: ¿Juras que lo que diga no cambiara en nada nuestra relación?
Ella: (Pensando mucho en esas palabras ya se imaginaba que era) Si. *Con tono dudoso*
El: Tú… tú, tú me gustas. Siempre me gustaste.
Ella: Pero, ¿Por qué me lo dices ahora?
El: Por miedo a que tu no sientas lo mismo.
Ella: Debiste decirme antes.
El: ¿Por qué?
Ella: No lo sé. *Todavía sorprendida*
Ella: Tú eres mi mejor amigo, y esto no es posible.
Ella se retiró sin decir nada más, intente detenerle pero solo
decía. “Esto es imposible”.
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